En alguna ocasión me dijeron ‘En esta vida, hay que ser ‘Eternos Aprendices’. Una frase que quedó grabada en mi mente, y es aquí donde entran las preguntas…
¿Qué tan dispuesto estoy a aprender? Y ¿Qué tan dispuesto estoy al cambio?
Constantemente entramos en una lucha de ideas, creencias, en fin, nos podemos aferrar a una idea a veces buena, a veces errónea. Pero en qué momento decidimos un cambio, o qué necesitamos para estar dispuestos al cambio, ¿datos, estadísticas, justificaciones, sustento? Como seres humanos tenemos una tendencia natural a defender nuestras ideas, en ocasiones, incluso a negar lo lógico; es ahí cuando me pregunto ¿Qué tan bueno es aferrarme a una idea?
No se trata de ir por la vida dudando a cada paso, ¡NO!, al contrario, se trata de ir tomando las mejores ideas y pensamientos de quienes nos rodean, y no cerrarnos a la posibilidad del cambio, tener un panorama más amplio de las cosas, de lo que hacemos y pensamos, o tal vez, lograr un universo de posibilidades.
Días atrás, alguien escribió en este blog, que ‘todo es un proceso’, la vida en general puede ser un proceso, pero en nosotros esta que sea cambiable, que sea mejor, que nos sea redituable en todos los sentidos de nuestra vida, y justo ahí, es donde tenemos que estar dispuestos a un cambio y al aprendizaje continuo, a un proceso de aceptación de lo que es mejor y lo que no, de lo que me sirve y lo que no. Lo que nos irá dando pauta para la toma de decisiones.
El cerrarse a nuevas ideas, reduce de manera exponencial el crecimiento, las oportunidades de vida, entre muchas otras cosas y situaciones que hacemos día a día. Una gran limitante y una gran muralla, y tal vez hasta más larga y alta que la china, es la que constantemente nos ponemos, y nos cerramos al cambio.
La vida en sí, es un constante aprendizaje, desde nuestros primeros pasos de niños nos arriesgamos a cambiar los brazos de mama por empezar a caminar solos; la curiosidad, las ganas, la pasión, ¿qué es lo que nos mueve? Es donde también enriquecemos y definimos qué es lo que nos mueve, que nos interesa hacer, pensar, decir, actuar, y tal vez de las mejores ganancias de la apertura al cambio. El estar abiertos a un cambio, es vital para ser mejores en pensamiento, en ser y actuar, ganamos ideas, ganamos posibilidades y tal vez un universo de posibles decisiones, mas es, lo que nos dará la pauta para el éxito personal, familiar, laboral, en fin, en cualquier fase de nuestra vida. Las posibilidades son infinitas si arriesgamos y estamos dispuestos a tomar cosas e ideas nuevas. La pregunta es ¿Estás dispuesto al crecimiento? La respuesta de los que lean este blog, no la sabré, pero les aseguro que vale la pena arriesgar y conocer las ideas y oportunidades que se nos van presentando en el transcurrir de la vida.
Y tu, ¿Eterno aprendiz, o, con una muralla china en el pensamiento?
ELADIO P. CASTRO BELTRÁN
Director General